Con un acatamiento dispar el tercer paro general de la CGT contra Javier Milei en lo que seguro tuvo impacto es en la interna cegetista.
Quedaron al desnudo una serie de reposicionamientos y rivalidades que reperfilan a la central sindical peronista.
La huelga confirmó que el grupo de “los Gordos” de enorme influencia en las últimas tres décadas en la CGT dejó de articular como sector.
“Ya no existen” sentencia un referente cegetista.
De sus históricos integrantes aún siguen al frente de sus sindicatos Armando Cavalieri secretario general de la Federación de Empleados de Comercio y Héctor Daer del sindicato de Sanidad.
Otros dos ya fallecieron -el lucifuercista Oscar Lescano y el ferroviario José Pedraza condenado por el crimen de Mariano Ferreira- y Carlos West Ocampo ex jefe de Sanidad dio un paso al costado en 2022 para que lo reemplazara Daer.
Así “los Gordos” puros hoy serían únicamente Cavalieri y Daer.
El problema es que el dirigente mercantil ahora parece sintonizar mejor con otros dirigentes de la CGT como el líder de la UOCRA Gerardo Martínez el estatal Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) miembros del sector conocido como “Independientes” y ex “rivales” en la interna cegetista.
“Fueron coherentes” los destacan en el sindicato de Comercio.
Cavalieri no tiene absolutamente ningún conflicto con Daer.
Pero por lo que trasciende parece coincidir en esta etapa más con la mirada política de otros dirigentes cegetistas“Ser ‘Gordo’ fue una adhesión a un pensamiento de construcción sindical política y social.
Era salir de la reivindicación pura” dice a Clarín Armando Cavalieri.
El dirigente mercantil muestra su preocupación con la actual situación económica las remarcaciones de precios -“los delegados nuestros en los supermercados nos informan de remarcaciones diarias” comenta- con que los precios “están dolarizados y los salarios están en pesos argentinos” con que la Casa Rosada solo está enfocada en la inflación y no en el resto de los problemas que hay en el país como el trabajo informal.
También se queja del “intervencionismo" directo que hay por parte del Gobierno en las negociaciones paritarias.
"Tengo 50 años de paritarias sé lo que es acordar.
Pero ahora el Gobierno pone el precio del salario.
La gente gana poco porque el Gobierno fija el salario.
No hay libertad” sostiene.
El dirigente lamenta además la ausencia de voluntad de diálogo del Gobierno con la CGT.
Por eso planea una movida: junto a otros dirigentes pedir una reunión con el Presidente.
Y si no la conceden ir a Plaza de Mayo para que quede en claro la voluntad de entablar una conversación que tiene el sindicalismo con la administración libertaria.“Nadie habla de los precios.
Hay que ponerse de acuerdo en algunos precios de la canasta para aguantar el ajuste” propone.
Está en alerta además por la intención del Gobierno de "arrasar con las leyes laborales".
"¿Qué tiene que ver eso con bajar el costo laboral? ¿Por qué no se enfocan en las tasas municipales que se cobran y en la exorbitante cantidad de impuestos?" plantea a Clarín.
El gremio de Comercio que comanda Cavalieri representa a 15 millón de trabajadores.
Es el sindicato más numeroso de la Argentina.
Desde esa posición el sindicalista está al tanto al detalle de la actividad mercantil: "En las provincias no se vende nada.
Esto puede traer consecuencias" advierte.
La posición de Cavalieri la de buscar el diálogo con la administración libertaria es la misma de otros capos cegetistas.
Gerardo Martínez de la UOCRA va más allá y plantea que también deben estar en esa mesa de negociación las entidades del G6 que agrupan a la Sociedad Rural los bancos la UIA la Bolsa de Comercio la Cámara de la Construcción y la Cámara de Comercio.“Tenemos con ellos una filosofía compartida.
Sin trabajadores no hay empresarios sin empresarios no hay trabajadores” apunta Martínez.
Expectativa con la sucesión en la UIAEn la CGT por otro lado siguen con expectativa la renovación de autoridades de la Unión Industrial Argentina (UIA).
A fines de este mes dejará su cargo Daniel Funes de Rioja y lo reemplazará el empresario Martín Rappallini dueño de cerámicas Alberdi.
El recambio genera entusiasmo dentro de la central obrera.
“Va poner sobre la mesa la agenda del sector productivo vamos a tener una agenda compartida” señala con entusiasmo un referente cegetista.
Tras el paro de este jueves la GGT pone proa hacia la renovación de sus autoridades prevista para noviembre.
El gastronómico Luis Barrionuevo propone adelantar la elección pero no reúne consenso.
Barrionuevo plantea que debe abandonarse el formato actual de una mesa de conducción de tres co-secretarios generales y regresar a un único jefe cegetista.
En el poderoso sindicato de Comercio miran con simpatía la idea: sostienen que el estatuto cegetista habla de un solo titular aunque subrayan que es importante llegar a un acuerdo con todos los sectores para lograr la unidad.
Daer le adelantó a algunos cegetistas que no planea buscar un nuevo mandato.
Algunos no le creen del todo.“La circunstancia el desgaste lo obliga a decir eso pero habrá que esperar para saber si es cierto” dice un influyente dirigente.
Otro agrega: “Quizá lo dijo porque espera un operativo clamor”..