En abril de 1982, cuando la Argentina ardía en pleno conflicto bélico con el Reino Unido por la posesión de las Islas Malvinas, la tensión se hacía visible por todos lados: en los medios de comunicación, en las conversaciones callejeras y hasta en los registros civiles.
La Ley 18.248, que prohibía nombres de origen extranjero, fue una expresión más de esa guerra que se libraba no solo en las islas, sino también en la identidad de los recién nacidos..