Desde hace 639 días, la pyme Lácteos Vidal lucha por mantener a flote su actividad frente a un gremio que, en numerosas ocasiones, a través de diferentes medidas de fuerza intentó paralizarla. Se trata de uno de los conflictos que preocupa al sector productivo en general y que mantiene en vilo al pueblo de Moctezuma, a 30 kilómetros de Carlos Casares, en donde está ubicada la empresa. “Todavía estamos sufriendo las consecuencias del ataque de Atilra”, dijo a LA NACION Alejandra Bada Vázquez, dueña de la firma, en referencia al conflicto con el sindicato.