Cándida Auris: El hongo resistente a los antifúngicos que …

En 2009 en Japón se descubrió un hongo que se ha convertido en una de las mayores preocupaciones mundiales: Cándida Auris, que se ha vuelto resistente a los principales antifúngicos. La Cándida Auris ha llamado la atención no solo por su capacidad para causar infecciones graves en seres humanos, sino también por su notable resistencia a la mayoría de los tratamientos antifúngicos disponibles. Desde entonces, su propagación ha sido rápida y preocupante, especialmente en entornos hospitalarios, donde representa un riesgo significativo para los pacientes más vulnerables.Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Cándida Auris es una amenaza emergente debido a su rápida transmisión y su alta resistencia a los antifúngicos comunes. Esta resistencia no solo complica su tratamiento, sino que también dificulta su detección oportuna, lo que a menudo retrasa la aplicación de las medidas necesarias para contenerla. La OPS ha emitido alertas epidemiológicas subrayando la necesidad urgente de mejorar la vigilancia, el diagnóstico y la prevención de esta infección en todas las regiones afectadas. En Estados Unidos, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ha registrado un aumento significativo en el número de casos entre 2020 y 2021, principalmente en centros sanitarios. La Dra. Meghan Lyman, epidemióloga del CDC, ha destacado que “el rápido aumento y la propagación geográfica de los casos son preocupantes y ponen de relieve la necesidad de una vigilancia continua, una mayor capacidad de los laboratorios, pruebas diagnósticas más rápidas y el cumplimiento de las medidas de prevención y control de infecciones de eficacia probada”.La Cándida Auris se transmite principalmente en entornos de atención médica, a través del contacto directo con personas infectadas o con superficies contaminadas, como equipos médicos. Su capacidad para sobrevivir en superficies durante semanas hace que sea especialmente difícil de erradicar, incluso con una limpieza rigurosa.El hongo afecta principalmente a personas con sistemas inmunológicos debilitados o con enfermedades subyacentes graves. Los factores de riesgo asociados incluyen el uso de dispositivos médicos invasivos, como catéteres o respiradores mecánicos, estancias prolongadas en unidades de cuidados intensivos y el uso previo de antimicrobianos de amplio espectro. Entre los síntomas más comunes se encuentran la fiebre persistente y los escalofríos que no mejoran con tratamientos antibióticos convencionales.Ante la resistencia de la Cándida Auris a los tratamientos habituales, la prevención se ha convertido en la herramienta más eficaz para limitar su propagación. Las autoridades sanitarias recomiendan una higiene rigurosa de manos y la desinfección regular de superficies en los entornos hospitalarios. Para los visitantes de los pacientes, el lavado constante de manos es crucial, mientras que el personal de salud debe mantener una limpieza estricta del equipo médico y del área de atención. 

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