Así fue la vida de Luis Ortiz, exmarido de Gunilla von Bismarck y figura clave de la jet set de Marbella
Luis Ortiz, quien fuera el inseparable compañero de vida de la aristócrata Gunilla von Bismarck, falleció este lunes en Marbella a los 74 años, tras varios años enfrentándose a un cáncer de próstata. Aunque la causa exacta de su muerte no ha sido revelada, su salud estaba ya gravemente debilitada. Ortiz murió rodeado de su familia más cercana, incluyendo a su exesposa y su hijo, Francisco José Ortiz von Bismarck. Un hombre de la noche marbellíLuis Ortiz fue una figura destacada en la escena social de Marbella, particularmente durante la década de los 70 y 80. Hijo de Francisco Ortiz, censor televisivo durante la dictadura franquista, Luis optó por un camino diferente al de su padre. Formaba parte de un grupo de amigos conocido como "Los Chorys", quienes marcaron la vida nocturna de la ciudad andaluza con su carácter fiestero y su capacidad para organizar eventos exclusivos. Fue precisamente en una de esas noches en Marbella donde conoció a Gunilla von Bismarck, una aristócrata alemana que, al igual que Luis, era el alma de las fiestas. La conexión entre ambos fue inmediata. Aunque no compartían idioma, Gunilla siempre destacó lo bien que se comunicaban a través de los besos. Después de seis años de noviazgo, la pareja se casó en 1978 en el castillo familiar de los Bismarck, en Friedrichsruh, Alemania. Entre los invitados a la boda se encontraban grandes personalidades de la realeza europea, como los reyes de Suecia, Carlos XVI Gustavo y Silvia, además de otros miembros de la jet set española como Cari Lapique y Carlos Goyanes. Una vida de glamour y excesosEl matrimonio de Luis y Gunilla fue sinónimo de glamour. No había evento social en Marbella que no contara con su presencia. Además, la pareja era conocida por sus propias fiestas en su lujosa mansión, Villa Sagitario, que se convirtió en un punto de encuentro para las celebridades que veraneaban en la Costa del Sol. La pareja también disfrutaba de temporadas en Suiza, Alemania y Brasil, manteniendo siempre un estilo de vida extravagante. Sin embargo, la vida de Luis Ortiz no estuvo exenta de problemas. Tal y como él mismo reconoció en varias entrevistas, las largas noches en las discotecas y su afición al alcohol y al juego acabaron afectando a su relación. "El juego es una enfermedad", dijo en una ocasión, describiendo cómo sus excesos le llevaban a perderse en la noche marbellí mientras Gunilla regresaba a casa. Aunque reconoció que estos comportamientos pusieron su matrimonio en riesgo, siempre se mantuvo fiel a su esposa. Su divorcio no fue el finTras 11 años de matrimonio y un hijo en común, Luis y Gunilla se divorciaron en 1989. No obstante, su vínculo siguió siendo tan fuerte que, a pesar de la separación, continuaron viviendo juntos y apareciendo en los eventos sociales como si nunca se hubieran distanciado. De hecho, la última vez que se les vio juntos en público fue en abril de 2024, durante el 70 aniversario del Marbella Club. En ese evento, la frágil salud de Luis ya era evidente, pues asistió en silla de ruedas. Con el paso del tiempo, Ortiz dejó atrás su vida de excesos y se centró en su familia. Su hijo, Francisco José, fue su mayor orgullo, y Luis se consideraba un padre de "matrícula de honor". También disfrutaba de pasar tiempo con sus nietos, una faceta más tranquila y familiar que contrastaba con el Luis Ortiz de las noches marbellíes. Tras su fallecimiento, Luis Ortiz deja atrás un legado en la historia de Marbella, una ciudad que en su momento fue el epicentro de la vida social de las élites europeas.