Luego de entregarle la empresa al grupo estadonidense IAF -financistas del partido republicano con línea directa con la Casa Blanca- el Estado no pagó ningún contrato millonario de obras sensibles en marcha y lo padecen los trabajadores: más de 600 empleados cobran ingresos en cuotas y están parados proyectos estratégicos.
Crónica de una desesperación por los dólares y el ajuste. .