“No me veo”. Estudia para ser escribana, pero tiene decidido que su vida pase en otro lugar que fundó a los 22 añosPor Pilar Vazquez
Su “lugarcito”, su refugio, el ámbito en donde todo cobra sentido. Para Caacu Moronta, de 22 años, el campo de su padre en Mendoza no es solo un espacio físico. Es el sitio donde se conecta con su familia, con sus raíces, con su verdadera pasión: las vacas y la naturaleza. A tan solo 20 kilómetros del pueblo de San Carlos, este establecimiento, que ha sido testigo de toda su vida, se convirtió en el escenario donde, además este año, pudo concretar uno de sus grandes sueños: fundar su propia cabaña.