Análisis. Milei, el secreto de la bomba 4H y cómo usar la democracia sin romperlaPor Luciana Vázquez
Hay un símil que funciona para explicar la Argentina de hoy: un artefacto explosivo donde los cables son todos rojos. Cada vez que se quiere desactivar, la madeja de intereses está tan sistémicamente tramada que el intento de cortar cualquier cable genera una reacción en cadena. Ante ese panorama, hay dos opciones: negociar para desenredar los cables sin cortar ninguno o, en las antípodas, hacer estallar la bomba. En el primer caso, la bomba no estalla nunca aunque siempre esté a punto. En el segundo caso, todo explota y ante eso, sólo queda empezar de nuevo. Javier Milei se ve a sí mismo ante esa disyuntiva. Hacer política a la vieja usanza, respetando los cables del status quo. O, en las antípodas, arrasar con todo para que el reloj de la Argentina empiece de cero. La semana pasada optó por este camino.