“Sangre, sudor y lágrimas”, el histórico discurso de Churchill que preparó a su pueblo para luchar contra los nazis
No tenía nada, ni para dar, ni para ofrecer. En cambio, lo pidió todo. Lo obtuvo, y después fue decisivo en la derrota de la Alemania nazi. Los británicos recordaron estos días uno de los más célebres discursos de Winston Churchill, aquel que, ni bien nombrado primer ministro, ofreció al pueblo que soportaba los primeros bombardeos de parte de Adolf Hitler, “sangre, sudor y lágrimas”. Fue el discurso de un gran estadista que no miraba encuestas, no tenía asesores de imagen, pero sí cargaba sobre sus anchos hombros una visión política que le hacía dictar una especie de decálogo para estadistas cada vez que se dirigía al Parlamento, o a los británicos.