Los investigadores del crimen de Aquiles Castañarez Mateos, el licenciado en Recursos Humanos de 33 años hallado muerto asfixiado en su casa a medio quemar en la ciudad de San Pedro, sabían que quien le había robado no era un desconocido.
No había ingresos forzados en la vivienda y la propiedad había sido prendida fuego, pero luego el atacante había intentado mitigar las llamas.
No le erraron.