Luego de años de trabajo vinculado con la divulgación del arte, la aparición en 2014 de El nervio óptico –primero en la editorial independiente Mansalva y luego en editorial Anagrama– supuso la consagración de una forma de escribir y contar que muchos calificaron de novela.
En ese libro de María Gainza, compuesto por once capítulos que cruzan una personal historia del arte con cierta peripecia de la vida de la narradora, María inauguró un estilo y un género tan fascinante como inclasificable, entre el ensayo y la narrativa, entre el mejor periodismo cultural, el género biográfico alejado de normas estrictas y la crítica sin solemnidad..