El fútbol británico fue históricamente un escenario de rivalidades intensas entre los equipos y sus fanáticos, cuyas confrontaciones llegaron a convertirse en un fenómeno conocido mundialmente como el “hooliganismo”.
Este comportamiento violento, marcado por altercados y disturbios en los estadios, experimentó un aumento considerable en los últimos años, lo que revivió un problema que se creía bajo control.
Ante las crecientes tendencias, el medio The Economist publicó un informe..