Además de artesano, Hernán Lira es autodidacta.
Se define como un trabajador más, pero se impuso la tarea de hacer que el juguete de madera cobre vida en las mano de niñas y niños que dejan de lado los equipos digitales para darse el tiempo de jugar y sentir en sus manos una madera bien lustrada.
También lo buscan las personas mayores que ven en sus piezas, únicas e irrepetibles, la nostalgia de su propia infancia..