Christo y Jeanne-Claude, protagonistas de una impactante muestra en Fundación Proa
En su cuento policial La carta robada, el gran Edgar Allan Poe señala cómo el mejor lugar para esconder algo es el más visible, el que se encuentra ante la mirada de todos. Quizás se pueda imaginar un procedimiento de ocultamiento similar en las obras de Christo y Jeanne-Claude: desde los primeros trabajos conceptuales de Christo como artista individual, como aquellas latas envueltas, a las intervenciones monumentales que ocultaban debajo de telas construcciones humanas como el Reichstag en Berlín o escondían paisajes naturales como un valle en Colorado, Estados Unidos (ya en plena colaboración entre los dos artistas), aquello que está y que no se ve cobraba tanta relevancia como aquella intervención inevitablemente evidente.