Desde el día que Alberto Nisman fue encontrado muerto en su departamento ubicado en la torre Le Parc, en el barrio porteño de Puerto Madero, su ex esposa, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, denunció que el fiscal había sido asesinado.
Una década después del magnicidio, la magistrada tildó de cobardes a los responsables y lamentó que ninguno de ellos “tuvo la valentía de pedirle perdón a mis hijas”..