Título de Clarín - 29/06/2024 18:30:32

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En Caballito, el local de empanadas fritas famoso por su secreto para …

Empanadas hay muchas: salteñas mendocinas tucumanas con diferentes repulgues al horno de barro fritas... En esta última categoría no abunda la oferta porteña sobre todo si nos ponemos exigentes y buscamos que la masa quede liviana sequita y crocante. Sin embargo los vecinos del barrio de Caballito y aledaños hace casi 30 años que se jactan de tener las mejores.En 1996 casi sin quererlo ni pensarlo la familia Quiiroles creó un negocio que les hizo cambiar el rumbo de su vida. La casa de empanadas El Vasquito fue pionera en la zona y actualmente vende 10.000 empanadas por semana. Se especializan en empanadas soufflé que se cocinan primero a una temperatura baja y luego a alta temperatura para lograr una fritura perfecta y que queden bien secas. Secas por fuera porque desde El Vasquito recomiendan si se va a comer una de carne “hay que poner un balde abajo de las piernas” refiriéndose a lo jugosas que son.Aunque dentro de los sabores tradicionales que ofrecen se encuentran empanadas de mariscos se niegan a aggiornarse a los nuevos sabores tendencia como pollo con cheddar o cheeseburger. “El consumidor nuestro nos elige justamente por ser un local clásico con una carta tradicional que no se modifica. También porque apelamos a la memoria emotiva de ese paladar que venía hace 25 años y que hoy viene y encuentra exactamente el mismo gusto de empanadas” señala la dueña Florencia Quiiroles destacando que el 70% de los proveedores con los que trabajan son los mismos desde el inicio.La historia de El Vasquito empanadasFlorencia cuenta que El Vasquito nació en febrero de 1996 y de manera casi “accidental”. En la década del 90 sus padres Raúl y Teresa compartían amistad (y aún la conservan) con una pareja de martilleros que se dedicaban a comprar casas viejas subdivididas para luego venderlas como departamentos o locales.En una cena el amigo apodado “Vasco” le ofreció uno de los locales para que Raúl abra una rotisería ya que si bien él era chapista y tenía un taller su pasión era cocinar. Con tal de que aceptara le propuso que se despreocupe de los gastos iniciales que después verían cómo lo pagaba.Los Quiiroles dudaron un poco pero aceptaron el reto con una salvedad: el negocio iba a ser de empanadas fritas ya que tenían una parte solucionada: una de las hijas se estaba por casar y los padres del futuro yerno tenían una fábrica de tapas de empanadas.“En el año 96 todavía no había llegado el boom de las cadenas de casas de empanadas. Eso empezó a pasar recién en el año 2000 que vos salías a la calle y había una cadena tras otra” cuenta Florencia.Ya con local y tapas de masa en su poder Raúl y su familia abrieron la casa de empanadas a la que bautizaron El Vasquito en honor a la mano y al empujón que les brindó su amigo. Raúl fue el responsable de crear todas las recetas gustaron tanto que persisten hasta el día de hoy. “Los gustos son los mismos no se modificaron nunca en nada desde 1996” señala Florencia con orgullo y destaca: “Mi papá es el creador -aunque después lo replicaron otras marcas- de la empanadita de dulce de leche”.La única modificación que hicieron fue sumar la opción de empanadas al horno en el año 2000. “No son nuestra especialidad representan el 30% del total de nuestra venta. El fuerte es la empanada soufflé” explica Florencia quien justo en ese momento tomó las riendas del negocio.Así como la familia Quiiroles nunca había pensado en abrir una casa de empanadas y fueron sorprendidos por el destino el éxito también llegó sin avisar. Desde que abrieron las puertas el local se hizo un ícono del barrio. Tan bien comenzó a funcionar que cerraron el taller de chapa y pintura para que toda la familia trabajara en el negocio.En 2020 necesitaron ampliar la zona de producción para poder cumplir con los pedidos ya que el local tiene una cocina pequeña. Fue así que abrieron una cocina de producción a doce cuadras del local que actualmente abastece a la única sede de El Vasquito donde se encargan de cocinarlas soufflé o al horno en el momento de la compra.Florencia considera que el éxito inmediato se debió a que “fue el primer local en el barrio que vendía empanadas y empezó a generar como un núcleo muy fuerte y una fidelización muy alta de los clientes. Tal que así que hoy por hoy los fines de semana a la noche te puedo asegurar que el 50% de nuestros clientes ya no viven en el barrio y siguen viniendo” explica.Cuando le cuentan que vienen desde Lanús desde La Plata o desde Puerto Madero ella les pregunta por qué hacer tanto recorrido por una empanada y siempre le contestan que vivían por la zona y se mudaron pero que no encontraron empanada que las reemplace.Cómo es y qué sabores de empanadas vende El Vasquito empanadasEl local está ubicado en una casona típica de Caballito que fue subdividida. A la vista de los clientes solo hay una barra para esperar los pedidos. A través de esa única boca de expendio venden 10.000 empanadas por semana. El precio es siempre proporcional ya sea que se compren por unidad o docena: vale $ 1.250 cada empanada. Las heladeras tienen una capacidad de 4.000 empanadas por lo que la rotación es diaria. Las empanadas se cocina en el momento del pedido. Ya que no cuenta con mesas para comer in situ para que la espera sea más amena hay bancos tanto adentro como afuera.Las empanadas El Vasquito se distinguen por la buena calidad y el tamaño clásico (ni pequeñas ni gigantes y explotadas de relleno). En cuanto a los sabores ofrecen tres versiones de carne tres de pollo dos de pescado ocho de quesos y dos de vegetales. La empanada más pedida es la de carne a cuchillo con cebolla cebolla de verdeo morrón y condimentos. Otro sabor a destacar es uno que Florencia dice que ya no se hace en ningún lado debido a que es un gusto “muy de los ochenta” y es queso al oreganato.En el podio también están la empanada El Vasquito (pollo rostizado sin piel y picado con salsa blanca y cebolla rehogada) y una llamada Q´Limporta a base de panceta mozzarella cebolla de verdeo y morrón.“Hacemos una empanada que también la gente se extraña un poco de encontrarla en una carta de una casa de empanadas que es la de mariscos que suelen encontrarse en las pescaderías” comenta la dueña y continúa: “es de tentáculos de calamar y como todas las recetas la hizo mi papá ¡pero él jamás la probó porque no come pescado! Inventó la receta se la enseñó a los que ahora la cocina pero nunca la comió y sin embargo tiene mucho éxito”.Todas las empanadas se pueden pedir soufflé pero no todas se pueden ser al horno. Queso y cebolla provenzal roquefort y apio y primavera (mozzarella tomate y albahaca) son las únicas que salen solamente soufflé ya que en el horno explotan.A veces es difícil distinguir de qué gusto es cada empanada mirar el repulgue tratar de encontrar mínimas diferencias que terminan haciendo que se corten las empanadas al medio para develar el misterio. En El Vasquito colocan papeles separadores con el nombre del sabor para evitar el manoseo innecesario de sellar o marcar las empanadas.El Vasquito. Martes a sábados de 11 a 15 y de 19 a 23 ydomingos solo por la noche de 19 a 23. Los lunes el local permanece cerrado. Río de Janeiro 310 Caballito. Teléfonos: 4982-2220/ 4981-7034/ 15-4445- 3623. Instagram: @elvasquitoempanadas.

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