CHICAGO.- Barack Obama caminó hacia el atril en el escenario de la convención demócrata, se abrazó y besó durante unos segundos a su mujer, Michelle Obama –que se había llevado la mayor ovación de todas–, y apenas empezó a hablar, llevó a los demócratas de regreso a 2008. “No sé ustedes, ¡pero me siento encendido! ¡Me siento listo para salir!”, arengó a la gente, y al instante soltó una broma muy cierta: “Aunque soy la única persona lo suficientemente estúpida como para hablar justo después de Michelle Obama”, reconoció. De entrada, un público ya a esa altura extasiado por completo con su mujer le devolvió otro himno suyo: “¡Si, podemos! ¡Si, podemos!”, gritó el estadio.