Son las tres de la tarde de un miércoles primaveral y en la puerta de un histórico local ubicado en la concurrida Avenida Córdoba al 2495, en el barrio de Balvanera, se ha formado una larga fila. “¿Quién sigue? ¿Estás atendido?”, consulta Jaco, mientras envuelve un pedido con media docena de Lajmayín (empanadas circulares abiertas de carne). Gabriel, un habitué de la casa, le encarga para el almuerzo en la oficina dos boios de verdura y un par de quipes. “Los llevo calentitos maestro”, expresa. Enseguida, le preparan el pedido.