Sin garantías de financiamiento y con el reloj legislativo en contra, los mandatarios provinciales enfrentan un dilema clave: avalar un proyecto con recortes profundos o dejar al gobierno sin presupuesto, lo que permitiría a Javier Milei manejar los fondos por decreto. En medio del caos, las negociaciones brillan por su ausencia y el Congreso podría clausurarse hasta marzo.